Síndrome Maníaco Depresivo / Trastorno Bipolar
¿Qué es el síndrome maníaco depresivo?
El síndrome maníaco depresivo, conocido también con el nombre de trastorno bipolar, es un tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo que supera los altibajos cotidianos, convirtiéndose en una seria condición médica y un importante tema preocupante de la salud en Estados Unidos. El síndrome maníaco depresivo se caracteriza por episodios periódicos de gran júbilo, con ánimo eufórico o irritabilidad (episodios que constituyen la fase maníaca) a los que se contraponen episodios también periódicos de síntomas depresivos clásicos.
La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y a los pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño y la manera de pensar, pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni tampoco es indicio de debilidad personal ni constituye un estado que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una enfermedad depresiva no pueden simplemente "recobrar el ánimo" y reponerse. A menudo es necesario el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación.
Existen tres tipos de depresión que pueden clasificarse en tres grupos principales:
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Depresión grave (depresión clínica)
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Síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar)
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Distimia (trastorno distímico)
¿A quiénes afecta el síndrome maníaco depresivo?
El síndrome maníaco depresivo afecta por igual a hombres y mujeres (aunque las mujeres son más propensas a la depresión que a la manía), y comienza a menudo en la adolescencia o juventud. De hecho, la edad promedio de aparición de los primeros episodios maníacos ronda los 25 años.
Cuando los síntomas se manifiestan antes de los 12 años, se los confunde a menudo con el trastorno hiperactivo de déficit de atención (su sigla en inglés es ADHD), un síndrome caracterizado por dificultades serias y persistentes que generan falta de atención, distracción, impulsividad e hiperactividad.
El síndrome maníaco depresivo suele manifestarse en miembros de una misma familia y se cree que en algunos casos se trata de una enfermedad hereditaria. Se están llevando a cabo intensas investigaciones para identificar un gen que puede ser responsable de este trastorno.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome maníaco depresivo?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del síndrome maníaco depresivo. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente.
Entre los síntomas depresivos podemos citar los siguientes:
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Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.
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Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
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Llanto excesivo.
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Mayor inquietud e irritabilidad.
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Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.
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Disminución de la energía.
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Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.
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Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.
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Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva.
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Alteraciones en los hábitos del sueño.
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Aislamiento social.
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Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico, dolor de cabeza).
Entre los síntomas maníacos podemos citar los siguientes:
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Autoestima exagerada.
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Menor necesidad de descanso y de sueño.
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Mayor distracción e irritabilidad.
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Mayor agitación física.
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Compromiso excesivo en actividades placenteras que pueden tener consecuencias dolorosas, como conductas provocativas, agresivas o destructivas.
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Mayor locuacidad.
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Sentimientos de "excitación" o de euforia.
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Mayor deseo sexual.
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Mayor nivel de energía.
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Escaso sentido común en personas que lo tenían.
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Mayor negación de la realidad.
Para diagnosticar el síndrome maníaco depresivo, el individuo debe mostrar síntomas de manía y de depresión en grado diverso según la gravedad del trastorno. Los síntomas del síndrome maníaco depresivo pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica el síndrome maníaco depresivo?
Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condiciones médicas, como cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos psiquiátricos como el abuso de drogas y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en las etapas iniciales son cruciales para la recuperación. A menudo el diagnóstico se hace después de un examen psiquiátrico minucioso y una historia médica realizados por un psiquiatra u otro profesional de la salud mental.
Tratamiento del síndrome maníaco depresivo
El tratamiento específico del síndrome maníaco depresivo será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
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Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
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Qué tan avanzada está la enfermedad.
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Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
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Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
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Su opinión o preferencia.
El tratamiento puede incluir cualquiera de los siguientes elementos o una combinación de ellos:
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Medicamentos (por ejemplo, anticonvulsivos que estabilizan el ánimo como el litio, el valproato o la carbamazepina y, o antidepresivos como Prozac, Zoloft o Paxil).
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Psicoterapia (en la mayoría de los casos, terapia cognitivo-conductista o interpersonal orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el individuo de sí mismo y de su entorno, con énfasis en las relaciones complicadas y la identificación de los factores de estrés en el entorno para aprender a evitarlos).
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Terapia electroconvulsiva (su sigla en inglés es ECT).
Un adecuado reconocimiento de la variedad y cambios extremos del estado de ánimo asociados con el síndrome maníaco depresivo es fundamental para determinar un tratamiento eficaz y evitar las dolorosas consecuencias de una conducta maníaca imprudente.
En la mayoría de los casos, es necesario un tratamiento preventivo a largo plazo para estabilizar los altibajos del estado de ánimo característicos de esta enfermedad.